martes, 22 de noviembre de 2011

¿QUE FUE LA CUESTION SOCIAL?



La cuestión social fue uno de los peores tiempos ya que muchas personas sufrieron y hoy en día aun siguen sufriendo.


Es indudable que la pobreza y las desigualdades sociales no surgieron en el país en la década de 1880, como tampoco han desaparecido en la moderna realidad del Chile actual. No obstante, ya desde finales de siglo XIX muchos elementos se conjugaron para transformar los problemas sociales en una cuestión social, como son, un contexto económico capitalista plenamente consolidado, marcado por una incipiente industrialización y un proceso de urbanización descontrolado que agravaron las malas condiciones de vida del trabajador urbano; una clase dirigente ciega e ineficiente ante los problemas y quejas del mundo popular; y, finalmente, una clase trabajadora que ya no estuvo dispuesta a quedarse de brazos cruzados esperando que el Estado oligárquico llegara a ofrecer alguna solución a sus problemas.

Esta concentración de población en las ciudades transformó la fisonomía demográfica del país y fue el inicio de un constante proceso de urbanización.


Este proceso alcanzó mayor relieve a partir de mediados del siglo XX, ya que en 1960 la población urbana llegaba al 66,9 por ciento del total del país, en tanto que en 1970 alcanzó al 75,2 por ciento, y en 1979, al 80,8 por ciento.


En los inicios de este movimiento migratorio, la población que se trasladaba de las áreas rurales a las urbanas constituyó una potencial fuerza de trabajo para la industria, la minería y los servicios que apoyaban estas actividades.



Fue a lo largo de estos años que se pusieron en marcha una serie de movimientos sociales que transformaron la cuestión social en un problema que afectó no sólo a los trabajadores sino a todo el país. Desde entonces, surgieron a la luz pública una serie de innumerables escritos, ensayos, artículos de prensa y tesis de grado que comenzaron a analizar sus causas y motivos, además de las posibles alternativas de solución. Esta amplia gama de debates políticos e ideológicos pueden resumirse en tres grandes corrientes.



La primera corriente se originó al interior del mundo conservador-católico, que a partir de la Encíclica Rerum Novarum adhirió a la línea social cristiana impulsada por la iglesia católica. A grandes rasgos, vio la cuestión social como resultante de una crisis moral que desvirtuó el rol dirigente y protector de la elite criolla. El énfasis estuvo puesto en la responsabilidad que le correspondió a los ricos en el cuidado y bienestar tanto material como espiritual de los más pobres, a través de la educación, la beneficencia, el socorro y la justicia. En síntesis, más acción social y menos caridad.



En segundo lugar, existió una corriente liberal y laica vinculada al Partido Radical y donde también se incluyeron intelectuales independientes de clase media. Para ambos sectores, la cuestión social fue el resultado de un conflicto de clases, un problema estructural de la sociedad nacional, afectada por la falta de desarrollo económico, la explotación laboral, la inflación y la carencia de ayuda estatal hacia los más pobres. Por consiguiente, los dardos apuntaron al Estado y a la necesidad de regular el sistema de libre mercado que rigió en el país, a través de una adecuada legislación social que promoviera y asegurara el progreso y adelanto material de todos los sectores.



Una tercera tendencia, fue la corriente socialista, impulsada por sectores pertenecientes a la clase trabajadora. Para este sector, los problemas sociales fueron consecuencia de la propia existencia del Estado liberal y del sistema capitalista; y declararon que su solución no pasó por la acción caritativa de la clase dirigente ni por las medidas de corte proteccionista que reclamaron algunos liberales, sino que radicó en la acción y el poder autónomo de los propios trabajadores.



A pesar de sus diferencias, cada una de estas tres corrientes coincidió en la urgente necesidad de otorgar pronta solución a los problemas derivados de la cuestión social, que hacia el año 1920 se convirtió en una preocupante cuestión política, traspasando las fronteras de la opinión pública e insertándose de lleno en los planes del Gobierno y del Congreso Nacional.


La gente del campo es atraída a las ciudades por la comodidad que les brinda, y así es formado el urbanismo; sistema que pronto dejará de existir y que las ciudades no estaban preparadas para recibir tal cantidad de gente del medio rural. Los emigrantes campesinos al no poder enfrentar los grandes dilemas de las ciudades, como la mal higiene, una difícil obtención de alimentos y las malas viviendas entre otras.


El asentamiento y las malas situaciones sanitarias, llevan a una mala salud poblacional, con enfermedades de todo tipo. Estos problemas que afectan a la salud duran hasta mediados del siglo XX.


El problema de la inflación a principios del siglo es un factor inquietante para las clases laborales, debido a que imposibilita el ahorro y anula las buenas condiciones de vida.

La miseria se hace cada vez más difícil de remontar y para poder subsistir, se entregan al crédito usurero de comerciantes y debido a esto surgió “el semanero”, “cuentas al fiado”, “agencias de empeño” y “la caja de crédito popular”.


Durante este período no existía legislación laboral, el trabajador con sus ahorros debía pagar las contingencias e impedimentos físicos para poder subsistir. Solo los funcionarios del estado gozaban de un sistema de retiro.


Los trabajadores frente a al bizantina discusión de sus asuntos buscan a través de la sindicalización, la movilización y las huelgas, la solución para sus problemas. La clase dirigente equivocando el camino, respondiendo con la represión, lo que va a precipitar a l sociedad chilena a la crisis de los años ´20.


Los obreros portuarios y de ferrocarriles a fines del siglo XIX realizaba las primeras huelgas en chile. En 1890 la región salitrera se ve afectada por un movimiento huelguístico.


Entre 1901 y 1902 se desarrollaron las huelgas mancomunal obrera de Iquique, de los tranviarios de Santiago y de los mineros del carbón de Lota. Ente 1903 y 1907 siguieron las huelgas mancomunal obrera de Tocopilla y las de la zona carbonífera. Las huelgas más trascendentes fue la de Valparaíso, Santiago e Iquique. La de Valparaíso fue reprimida por las autoridades pues el gobierno envió un regimiento dejando a 50 muertos y 200 heridos, aproximadamente. Las de Santiago e Iquique fueron las más trágicas, Santiago en 1905 vivió la huelga de la carne, que pedía la abolición del impuesto al ganado argentino y protestaban por el alza del costo de la vida.

Además, fue un mercado consumidor de productos manufacturados y comestibles que dinamizó el comercio interno. Sin embargo; provocó una variación sustancial en el cuadro social y generó uno de los problemas más serios a comienzos del siglo veinte: la cuestión social.


El complejo panorama social de Chile en el periodo que marco el paso del siglo XIX al siglo XX fue enfrentado de forma tibia y débil por los respectivos gobiernos que dirigieron al estado chileno. En materia laboral sólo se realizaron tenues esfuerzos por mejorar las paupérrimas condiciones en que se debían desempeñar la mayor parte de los trabajadores nacionales; en el caso de las oficinas salitreras, las iniciativas estatales destinadas a detener los abusos a los que estaban sometidos los trabajadores del salitre, fueron nulas debido a la alta influencia de los empresario salitreros en las políticas gubernamentales, ya que su industria representaba más del 90% de las entradas fiscales, por medio del pago de impuestos aduaneros.



Como señalamos recién, las iniciativas del estado en materia social fueron casi inexistentes y se limitaron a un conjunto de disposiciones puntuales y descontextualizadas que no afectaron mayormente la suerte de los trabajadores del país. Entre estas disposiciones podemos mencionar a la denominada “Ley de Habitación Obrera”, dictada en el año 1606; la “Ley de la Silla”, promulgada en 1915; y finalmente a la ley de Accidentes del Trabajo y la ley de Descanso Dominical, ambas del año 1916.


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